UGT considera que el informe de la Comisión de Expertos publicado hoy avala un incremento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) del 10% para el año próximo, situándolo en los 1.100 euros. Además, incluye la recomendación de revisar semestralmente su cuantía en caso de que se vea desbordado por el IPC
La Unión General de Trabajadoras y Trabajadores señala que el segundo informe realizado por la Comisión Asesora para el Análisis del SMI del Ministerio de Trabajo aporta cálculos, análisis y recomendaciones útiles para la determinación de un salario mínimo interprofesional para 2023 que se sitúe en una cuantía equivalente al 60% del salario medio, tal como venimos promoviendo los sindicatos y como se comprometió el Gobierno.
De esta forma, UGT insiste en que el incremento para 2023 debe tener en cuenta especialmente el contexto de elevada inflación existente, que repercute más sobre los hogares con rentas bajas, entre los que se encuentran quienes perciben el SMI, con lo que es fundamental tener en cuenta que la inflación media en 2022 hasta el mes de noviembre es del 8,6%.
La Comisión ofrece cuatro estimaciones para el SMI de 2023, calculadas según distintas estadísticas salariales, de manera que todas cumplan el criterio de igualarse al 60% del salario medio de 2022. Éstas van de un mínimo de 1.046 euros a un máximo de 1.082, lo que suponen aumentos del 4,6% y del 8,2% sobre su cuantía actual (1.000 euros), respectivamente. En este último caso se acercaría a la cifra de la inflación media en 2022 (8,5%).
Pero la Comisión considera además que, a la hora de elegir la cuantía final, habría que tener en cuenta dos circunstancias: que el cálculo de SMI para 2023 se ha realizado tomando como referencia la estimación del salario medio de 2022, y no el de 2023, que razonablemente cabe esperar que será superior, por lo que el SMI debería subir más para mantener la equivalencia con el 60% del salario medio de 2023; y el significativo incremento de precios experimentado a lo largo de 2022, que tiene un mayor impacto sobre los colectivos de ingresos más bajos, entre ellos los perceptores del SMI.
Para UGT, estas dos circunstancias que explícitamente recoge la Comisión, solo pueden operar en un sentido a la hora de determinar el incremento para 2023: que el aumento del SMI debe ser del 10%, hasta los 1.100 euros.
Revisión cada seis meses
Además, debido precisamente al contexto de alta inflación existente y su mayor impacto sobre el poder adquisitivo de los estratos de renta más bajos, la Comisión considera oportuno revisar la evolución del SMI tras seis meses de su actualización, con la finalidad de evaluar su suficiencia, tal y como establece el art. 27 del ET. Ésta es también una reivindicación histórica de UGT, que, efectivamente, se vuelve aún más necesaria en las situaciones de inflación elevada como la actual.
El sindicato resalta también que la Comisión también refleja que la repercusión de las últimas subidas del SMI sobre el empleo ha sido marginal, minorando, en el peor de los casos, de forma muy poco intensa su aumento, al tiempo que han contribuido indudablemente a reducir la pobreza y la desigualdad. Todo ello sin que esos análisis tengan en cuenta otros impactos positivos del aumento del SMI sobre el consumo y, por tanto, sobre el crecimiento económico y la creación global de empleo.
Por ello, UGT considera que este informe avala un aumento del SMI para 2023 hasta los 1.100 euros, con el fin de preservar su poder de compra y garantizar que se alcance el 60% del salario medio del país, como recomienda la Carta Social Europea. Eso es lo que UGT va a defender en el diálogo social para seguir avanzando en productividad, en igualdad y en eficiencia de nuestro mercado laboral.