UGT considera que es necesario propiciar una nueva fase expansiva de la economía europea
El IPC del mes de agosto, publicado hoy por el INE, sitúa la inflación anual en un 2,3%, cinco décimas por debajo de la registrada el mes pasado y el valor más bajo desde julio de 2023. De esta manera, por tercer mes consecutivo, la tasa general disminuye, esta vez como consecuencia de la bajada de los precios de los carburantes y de algunos alimentos. Por ende, el promedio de la tasa anual del IPC en lo que va de año se cifra en el 3,1%.
Por su parte, la tasa subyacente, que recoge la inflación de componente más estructural, es decir, sin incluir los bienes energéticos ni los alimentos no elaborados, se reduce una décima respecto al mes anterior, alcanzando una variación anual del 2,7%. Con ello, disminuye por segundo mes consecutivo, si bien lo hace muy moderadamente.
En lo que respecta a los incrementos anuales más destacados durante este mes, destacan el aceite de oliva (25,1%), los vuelos nacionales (21,1%) y el chocolate (16,9%). En sentido contrario, los equipos de telefonía móvil (-11,7%) los combustibles líquidos (-9,8%) o el gasóleo (-9%) registran los descensos de precios más señalados.
En un año 2024 en el que el crecimiento de los precios en la Eurozona ha seguido una senda clara de desaceleración, el BCE decidió comenzar (por fin) en mayo un descenso de los tipos de interés, que por ahora se encuentran en el 4,25%. No obstante, hoy mismo al mediodía podría concretarse una nueva bajada por parte de este organismo. UGT ha señalado en reiteradas ocasiones la necesidad de rebajar los tipos de interés para facilitar el acceso al crédito para empresas y familias, de cara a propiciar una nueva fase expansiva de la economía europea con crecimientos del PIB superiores a los que se están registrando.
Los márgenes de beneficio siguen en niveles muy elevados
Por otro lado, en materia salarial, y siguiendo los criterios del V AENC, la negociación colectiva está respondiendo con un aumento en los convenios registrados en 2024 que alcanza el 4%, casi un punto por encima de la media que se ha incrementado el nivel general de los precios. También se sigue produciendo un incremento significativo en los márgenes de beneficios, responsables en gran medida del repunte inflacionista de los años anteriores, y que, según el Observatorio de Márgenes, en la primera parte del año se sitúan en el 13,1%, 6 décimas más que hace un año.
En definitiva, hay dos factores clave a tener en cuenta para poder situar el IPC en su contexto. Uno de ellos es la evolución de los tipos de interés, de cara a ver la respuesta de los precios ante el descenso que anuncie el BCE y, por otro lado, el progreso de los salarios para lograr un crecimiento real, esto es, ganancias de poder de compra para los asalariados y las asalariadas. Sólo si se producen estos hechos el bienestar de las personas trabajadoras mejorará y el crecimiento económico será significativo en el corto y medio plazo.