Los datos de accidentes de trabajo hasta noviembre, publicados por el Ministerio de Trabajo y Economía Social, reflejan 770 personas fallecidas en accidente laboral, 121 más que las registradas en el mismo periodo de 2021, lo que lleva peligrosamente a poder superar las 800 muertes como consecuencia del trabajo en el año 2022
Ante esta situación, UGT reclama la necesidad de tomar medidas drásticas para que en este 2023 no se repitan, o peor aún, aumenten las cifras de accidentes de trabajo en nuestro país, con la implantación de la nueva Estrategia Española de Seguridad y Salud en el Trabajo, así como dotarla de recursos económicos suficientes para acabar con la lacra de la siniestralidad.
El Gobierno debe abrir una mesa de diálogo social en materia de siniestralidad laboral para acordar medidas urgentes que pongan fin a esta situación, que articule un Plan de choque contra la siniestralidad laboral de forma inmediata, en el que no pueden faltar acciones para mejorar la gestión preventiva de los riesgos psicosociales de origen laboral, ya que la primera causa de muerte por accidente de trabajo son las patologías no traumáticas que pueden estar relacionadas con la exposición a estos riesgos. La importancia de la salud mental de las personas trabajadoras debe ponerse en el centro del debate.
Además, UGT reclama la creación de una figura a nivel estatal, similar al delegado y delegada de prevención territorial, que haga visitas a empresas y asesore en materia de seguridad y salud en el trabajo en las pymes y micropymes donde no haya representación de las personas trabajadoras. Esta figura ayudaría a mejorar las condiciones de seguridad y salud en el trabajo; y la dotación de mayores recursos para la Inspección de Trabajo, tanto humanos como materiales, para vigilar y controlar el cumplimiento de la normativa en materia de prevención de riesgos laborales.
Cuidar la salud mental
Los datos reflejan que las principales causas de las muertes por accidente laboral no cambian, por el contrario, se mantienen a lo largo del tiempo. Infartos y derrames cerebrales, accidentes de tráfico, atrapamientos y aplastamientos, golpes y caídas. Lo que demuestra que los incumplimientos en materia preventiva por parte de las empresas también se mantienen. Urgen soluciones, la Ley debe cumplirse, las personas trabajadoras tenemos derecho a la protección de nuestra seguridad y salud.
Destacar que 264 personas trabajadoras han muerto por infartos y derrames cerebrales durante la jornada laboral, este tipo de accidente mortal ha aumentado en un 31,3% respecto al dato de los once primeros meses de 2021, lo que supone 63 personas trabajadoras muertas más. Es una realidad que las personas trabajadoras están sufriendo las consecuencias de una deficiente gestión de los riesgos psicosociales en sus puestos de trabajo, sin duda, las condiciones laborales en las que trabajan tienen influencia sobre su salud mental.
Urge prestar atención a los enormes problemas de salud mental de la clase trabajadora que pueden venir derivados el estrés laboral, las tensiones, o estar sometido a presión de tiempo y altas cargas de trabajo, ya que está costando cada día más vidas.
A pesar de este enorme aumento de las muertes en el trabajo por patologías no traumáticas, el Plan contra la accidentabilidad mortal aprobado por el Gobierno no contempla actuaciones sobre las mismas, lo que lo hace totalmente ineficaz.