Desde el Servicio de Estudios de UGT, se ha elaborado un informe donde se repasan y contrastan de manera concisa las principales ideas y mantras que se han extendido en los últimos meses en torno a la efectividad de la reforma laboral, centradas en su mayoría en cuestionar la calidad de la contratación indefinida y, de forma particular, en desprestigiar la modalidad de fijo discontinuo como figura de estabilidad laboral.
Contra todo pronóstico, por la situación de incertidumbre internacional, el año 2022 acabó siendo favorable en materia de empleo. Tanto si se observa su vertiente cuantitativa como cualitativa, las estadísticas apuntan a que la reforma laboral de 2021 ha conseguido diseñar e implantar eficazmente un sistema de incentivos adecuado para que la creación de empleo estable y de calidad prospere, aún a pesar del complicado contexto económico en el que se ha desenvuelto.
A estas alturas, no hay duda de que la reforma laboral de 2021 ha sido todo un éxito, consiguiendo reducir la temporalidad y aumentar la calidad de los contratos sin perjudicar la creación de empleo. Algo que no había conseguido ninguna de las anteriores reformas. Sin embargo, desde UGT se denuncia que día a día se vierten numerosas críticas por parte de algunas instituciones y analistas que ponen en duda su efectividad, dibujando una realidad que no se refleja en los datos.
Ante ello, el Servicio de Estudios de UGT ha realizado un documento analizando y refutando los cinco mitos que más se han extendido en estos meses:
- La tasa de temporalidad no desciende por los fijos discontinuos: está cayendo por el incremento de los indefinidos de carácter permanente, que suponen un 86% del aumento del empleo indefinido, mientras que sólo el 13,9% restante se corresponde al fijo-discontinuo.
- Las bajas por no superar el periodo de prueba no suponen un problema alarmante: su porcentaje respecto al total de contratos indefinidos firmados entra dentro de las cifras habituales e incluso es inferior que el registrado en años anteriores a la pandemia.
- El empleo a tiempo completo no está disminuyendo a raíz de la reforma: en los 15 meses siguientes a su implementación, el volumen de empleados fijos a tiempo completo ha crecido un 18%, 4 veces más que en los 15 meses anteriores al estallido de la pandemia.
- La reducción de la duración media de los contratos no se traduce en una mayor inestabilidad del empleo: los contratos basura de corta duración están perdiendo peso mes a mes, a la par que aumentan exponencialmente los contratos de mayor calidad, los indefinidos a tiempo completo.
- No está produciéndose una mayor rotación del empleo: el número de despidos respecto al total de contratos indefinidos firmados ha disminuido respecto al año anterior, mientras que las personas fijas con más de 1 de antigüedad han aumentado en medio millón en el último año.