Si bien aún falta información detallada sobre el sector agroalimentario, cada vez es más evidente que muchos productos estarán sujetos al arancel base del 15%, por lo que el acuerdo genera a EFFAT gran incertidumbre y preocupación

El pasado domingo, el presidente estadounidense Donald Trump y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, alcanzaron un acuerdo político sobre aranceles, calificado de histórico y positivo para ambos bloques. El acuerdo pretende poner fin a las tensiones comerciales, proporcionando estabilidad y previsibilidad con el objetivo declarado de salvaguardar los intereses de los ciudadanos de la UE y la competitividad de las empresas.

Actualmente aún existen muchas incertidumbres en torno al acuerdo, con varios aspectos aún por negociar. Desde el anuncio, la Comisión Europea y la Casa Blanca ya han hecho declaraciones contradictorias sobre el contenido y el alcance del acuerdo preliminar. A pesar de la confusión en torno al acuerdo, los elementos centrales están claros. El acuerdo establecería un arancel base general del 15% para los productos de la UE exportados a EE.UU., con la exclusión de algunos bienes que sufrirían aranceles más altos (por ejemplo, el acero) y otros con aranceles más bajos o nulos (por ejemplo, las exportaciones de aviación y los equipos de chips). Para los productos agrícolas, se aplicaría el arancel base del 15%. Sin embargo, ciertos productos agrícolas podrían beneficiarse de barreras arancelarias más bajas o de aranceles cero por cero, dependiendo del resultado de futuras negociaciones.

La Federación Europea de Sindicatos de Alimentación, Agricultura y Turismo (EFFAT), a la que está afiliada UGT FICA, expresa su profunda preocupación por el arancel de base propuesto del 15%, que es solo un 5% inferior al 20% amenazado inicialmente en el “Día de la Liberación” de Trump.

Al hablar sobre el acuerdo, Enrico Somaglia, Secretario General de EFFAT, advirtió:

Si bien aún falta información detallada sobre el sector agroalimentario, cada vez es más evidente que muchos productos estarán sujetos al arancel base del 15%. Además, debemos considerar la devaluación del 13% del dólar frente al euro desde principios de 2025, así como el hecho de que las empresas europeas ya pagan mucho más por la energía que sus competidores estadounidenses. Mientras tanto, parece que la UE ha reducido sus aranceles a las importaciones estadounidenses.

Estas cifras presagian tiempos difíciles en el sector agroalimentario: los costes de esta nueva realidad los pagarán, en última instancia, los trabajadores, muchas empresas europeas y los consumidores estadounidenses. La Comisión Europea afirma que el acuerdo se alcanzó en aras de la estabilidad y la previsibilidad. Sin embargo, sin duda existían otras maneras de responder al enfoque autoritario de la administración Trump en las relaciones internacionales. Este acuerdo nos genera gran incertidumbre y preocupación.

Al comentar sobre las promesas de la presidenta von der Leyen de invertir 600 mil millones de dólares en Estados Unidos y comprar 750 mil millones de dólares en petróleo y gas estadounidense durante los próximos tres años, Somaglia agregó:

Una parte significativa de estas inversiones se destinará a las industrias militar y de combustibles fósiles de EE.UU. En un momento en que la UE necesita invertir urgentemente en su economía y sectores estratégicos, incluidos los sectores de la EFFAT, la Comisión Europea muestra debilidad y desaprovecha una oportunidad crucial para desarrollar una Europa más fuerte, sostenible y más integrada. Mientras tanto, los trabajadores europeos se enfrentan a un deterioro de las protecciones laborales y ambientales, y a un proyecto de presupuesto a largo plazo de la UE que no les satisface, desviando fondos de programas clave como la PAC.

Las exportaciones de alimentos, bebidas y productos de tabaco a EE.UU. representan el 5% de las exportaciones totales, con un valor de más de 25 000 millones de euros anuales, incluyendo vino, queso, chocolate, aceite de oliva y licores. A cambio, la UE importa productos básicos como frutos secos, soja, carne de vacuno, piensos y trigo de EE.UU. Esta estrecha relación comercial sustenta cientos de miles de empleos, muchos de ellos en pequeñas empresas y comunidades rurales.

Demandas urgentes de la EFFAT a la UE

La EFFAT reitera sus demandas a las instituciones de la UE y a los Estados miembros, solicitándoles que colaboren inmediatamente con los interlocutores sociales y tomen medidas para:

  1. Proteger a los trabajadores del sector agroalimentario salvando los empleos potencialmente afectados, implementando medidas de apoyo financiero y protección del empleo, inspiradas en la iniciativa SURE utilizada durante la pandemia.
  2. Desarrollar programas de apoyo específicos para las regiones y sectores más afectados por los aranceles estadounidenses, con estrictas condicionalidades sociales asociadas.
  3. Fortalecer la negociación colectiva para evitar presiones a la baja sobre los salarios y las condiciones de trabajo, estimulando así la demanda interna de la UE y compensando el impacto de futuros aranceles.
  4. Regular los mercados de alimentos implementando salvaguardias contra la especulación alimentaria y la volatilidad extrema de los precios que podrían perturbar las cadenas de producción y suministro.

La UE debe actuar ahora para proteger a los trabajadores agroalimentarios europeos, salvaguardar los empleos y defender el comercio justo. Si bien la EFFAT evaluará el impacto total de este acuerdo en sus sectores, estamos dispuestos a colaborar con la Comisión y todas las partes interesadas, haciendo todo lo posible para garantizar que los trabajadores no paguen las consecuencias de la nueva dinámica global y la inestabilidad actual.