UGT reivindica la urgencia de promover un reparto justo de los costes asociados a la deriva inflacionista
Los datos de IPC publicados hoy siguen mostrando una inflación desorbitada, con una tasa anual que aumenta 6 décimas y se eleva hasta el 10,8%, el valor más alto desde septiembre de 1984. Además, la inflación subyacente, que excluye alimentos no elaborados y productos energéticos, continúa su tendencia al alza, aumentando también 6 décimas, hasta alcanzar una tasa anual del 6,1%, la más elevada desde enero de 1993.
En contraste, los salarios siguen evolucionando muy por debajo del nivel general de precios, ya que apenas han crecido un 2,6% hasta julio de este año, lo que supone una pérdida notable del poder adquisitivo de los hogares. Un problema que, a pesar de que afecta al conjunto de Europa, se agrava en el caso español, pues según el último informe de la OCDE, España es el segundo país de las economías avanzadas con una mayor pérdida de poder de compra de los hogares, contabilizando un recorte del 4,1% durante el primer trimestre (solo por detrás de Austria, que registra un -5,5%).
En consecuencia, la devaluación salarial ya está teniendo efectos negativos en el conjunto de la economía. Según el último avance del INE sobre la Contabilidad Nacional Trimestral del segundo trimestre, el gasto en consumo final se desacelera (crece 1,4 puntos menos respecto al anterior trimestre), y también cae la aportación de la demanda nacional al crecimiento interanual del PIB (siendo de 3,6 puntos, en contraste con los 4 puntos del primer trimestre). Tendencias muestran una desaceleración indudable de la economía que, sin ser alarmante, sí resulta preocupante, y debe tenerse en cuenta para diseñar la política económica.
Por ello, a fin de combatir el continuo recorte de la calidad de vida de la clase trabajadora, así como para sostener la actividad económica y la creación de empleo, subir los salarios se erige como una necesidad económica y social de primer orden. En ese sentido, UGT reivindica la urgencia de promover un reparto justo de los costes asociados a la deriva inflacionista, de manera que la clase trabajadora no vuelva a ser la principal damnificada en un contexto de adversidad económica.
Controlar precios y extender las cláusulas de revisión salarial
El sindicato reclama también la necesidad de implementar medidas temporales y eficaces que pongan freno al crecimiento descontrolado de los precios de algunos productos y servicios básicos, evitando que determinadas empresas y sectores sigan ampliando sus márgenes de beneficios a costa del empobrecimiento de los hogares.
Además, de cara a proteger y ofrecer una mayor certidumbre, resulta esencial extender la cobertura de las cláusulas de revisión salarial, pues se trata del instrumento más eficaz para salvaguardar el poder adquisitivo de las mismas.
Datos de interés
La tasa interanual del IPC en julio alcanza el 10,8%, el valor más alto desde septiembre de 1984 y hasta 6 décimas más respecto al dato del mes anterior. Con este incremento, la media de las tasas interanuales en lo que va del año se sitúa en un 8,8%, 6,2 puntos por encima de la variación salarial pactada hasta julio (2,6%).
Además, la inflación subyacente, que no incorpora los productos energéticos y los alimentos no elaborados, continúa su tendencia alcista, registrando una tasa anual del 6,1%, la más elevada desde enero de 1993.
Durante este mes, destaca el comportamiento alcista del precio de los carburantes y combustibles y la electricidad, con incrementos interanuales del 34,3% y 49,4%, respectivamente. Por su parte, el gas continúa encareciéndose (25,8% anual), mientras que el precio de los alimentos contabiliza una subida del 13,9% respecto a la variación registrada en julio del año pasado.