UGT RECLAMA AUMENTAR LOS SALARIOS PARA RECUPERAR LA ECONOMÍA Y DISMINUIR LA POBREZA Y LA DESIGUALDAD

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La incidencia de la pandemia en los salarios en España ha sido de las más elevadas de toda Europa

  • El sindicato demanda proteger la salud de las personas, en primer lugar, y recuperar cuanto antes el empleo y los salarios perdidos para impulsar la actividad económica.
  • Exige que el Gobierno inicie las negociaciones para aumentar el SMI de cara a 2021, hasta alcanzar el 60% del salario medio.
  • UGT recuerda que ningún salario de convenio tiene que estar por debajo de 1.000 euros, como se firmó por las organizaciones sindicales y empresariales en el IV AENC, cuya vigencia finaliza el 31 de diciembre de este mismo año.

La Unión General de Trabajadores reclama garantizar lo antes posible la salud de las personas con el fin de recuperar el empleo, aumentar los salarios en nuestro país y conseguir así, por un lado, impulsar el crecimiento de nuestra economía y, por otro, disminuir los niveles de pobreza y desigualdad agravados por la crisis del coronavirus.

Hay que tener en cuenta que el análisis de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en su Global Wage Report 2020-21 señala que el impacto de la crisis de COVID-19 sobre los salarios en España ha sido de los más elevados de la UE, provocando un aumento de las desigualdades y de las situaciones de pobreza que han agravado una situación de por sí muy preocupante. Todo ello, a pesar del positivo papel que ha tenido la puesta en marcha de mecanismos de ajuste puntual de la jornada trabajada, como los ERTE, que han supuesto un cambio muy positivo respecto a lo sucedido en crisis anteriores (como la de 2008-2013), impidiendo que se produjera una destrucción de empleo mucho más grave que la acaecida.

Con todo, la situación es muy difícil, y para UGT su superación a corto plazo pasa por la realización de dos actuaciones: de un lado, y hasta que se desarrolle e implante una vacuna eficaz, garantizar la salud con todas las medidas preventivas conocidas, extremando la precaución; de otro, cuando la actividad económica sea posible, impulsando la demanda de los hogares, lo que pasa por recuperar cuanto antes el empleo y los salarios perdidos.

La crisis de la COVID ha supuesto una pérdida de salarios y más desigualdad

El sindicato destaca que la crisis originada por la COVID-19 refleja una notable pérdida de la masa salarial en España (-12,7%), con niveles notablemente superiores al resto de países europeos, a excepción de Portugal. En cuanto a los factores que lo explican, la reducción de las horas trabajadas implicó una disminución de la masa salarial de hasta un 9,7% (entre el primer y el segundo trimestre de 2020), mientras que la pérdida de empleo originó un recorte de misma del 3%. Es decir, que un 76,4% se explica por una reducción del número de horas y el otro 23,6% por la destrucción de empleo.

Los datos refuerzan, por tanto, la efectividad de los ERTE, ya que se han constituido como un mecanismo de flexibilidad fundamental para salvaguardar el empleo, por lo que, en ausencia del mismo, el desplome salarial hubiese sido dramático. Por su parte, el hecho de que España arroje unos resultados ostensiblemente superiores a los de sus socios europeos, pone de relieve la elevada sensibilidad de nuestro mercado laboral en relación con el ciclo económico, lo cual provoca un ajuste mayor en términos de empleo (y, por ende, de salarios) durante periodos de recesión.

UGT denuncia también que la enorme desigualdad que existe entre los colectivos más vulnerables y el resto de la población. De esta forma, el ratio entre el decil de renta más pobre y el 90% de la población restante se ha visto incrementado en un 56%, pasando de los 23 puntos durante el primer trimestre de 2020 hasta los 36,1 en el segundo. Así pues, los niveles de desigualdad alcanzados, si bien ya eran alarmantes antes del estallido de la pandemia, reportan la necesidad imperiosa de conformar un escudo social que se sitúe a la altura de la gravedad del problema, es decir, a la aprobación de una nueva reforma laboral que ayude a corregir la desigualdad en origen.

UGT reclama subir el Salario Mínimo Interprofesional

La Unión General de Trabajadores destaca la enorme trascendencia que tiene el salario mínimo en las economías para reducir la desigualdad y la pobreza en la gran mayoría de países. Frente a los planteamientos más liberales, que vienen defendiendo la escasa idoneidad de esta renta básica para alcanzar dichos resultados, lo cierto es que son numerosas las estimaciones y estudios que reflejan lo contrario, como es el caso de este mismo informe.

Así, en un escenario donde se diese una cobertura total del SMI por hora, beneficiándose aquellos trabajadores a tiempo parcial o completo que actualmente perciben un salario inferior al umbral legal, el Coeficiente de Gini se reduciría en casi un 3%. Por su parte, si a este supuesto le añadimos una subida del SMI hasta alcanzar el 67% de la mediana salarial del país, España se situaría como el quinto país de Europa donde más se reduciría la pobreza relativa, entendida como la proporción de hogares que viven con la mitad del ingreso medio nacional.

Por tanto, para UGT, la existencia de un salario mínimo de extensa cobertura entre la población trabajadora y de una cuantía adecuada es uno de los instrumentos más potentes y sencillos para reducir las desigualdades salariales y los niveles de pobreza.

En el caso de España, el salario mínimo ha sido tradicionalmente muy bajo, incumpliendo año tras año el criterio marcado por la Carta Social Europea, que recomienda que sea equivalente, al menos, al 60% del salario medio del país. Durante muchos años el SMI se actualizó de manera muy insuficiente, acumulando una cuantiosa pérdida de poder de compra. Ha sido en los últimos cuatro años, impulsado por la presión sindical, cuando se ha recuperado buena parte de esa pérdida, aumentando globalmente un 45% (en gran parte debido al incremento de 2019, que fue del 22,3%). De este modo, de 2016 a 2020 ha pasado de 655,2 a 950 euros al mes.

La negociación colectiva, fundamental para mejorar salarios y disminuir la pobreza

Con todo, para mejorar su función, es necesario que aumente más. En este sentido, UGT reclama al Gobierno que continúe la senda de los años anteriores e incrementarlo en 2021 para acercarlo a ese nivel mínimo razonable recomendado por la Carta Social Europea. Hay que recordar que el IV Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva firmado por los sindicatos y las organizaciones empresariales termina su vigencia precisamente el 31 de diciembre de 2020, y que en el mismo se pactó incluir en todos los convenios un salario mínimo de convenio que no fuera inferior a 1.000 euros mensuales, suponiendo catorce pagas (como también tiene el SMI en España). Resulta muy importante que se asegure el cumplimiento de esta disposición, por eficiencia económica y por justicia social.

Del mismo modo, el sindicato señala que la OIT, al final del mencionado informe, también destaca la evidencia empírica existente en los países de la OCDE que demuestra cómo la desigualdad salarial está asociada a bajos niveles de cobertura por convenios colectivos, siendo a su vez menor cuando los trabajadores están amparados por convenios sectoriales y no por convenios a nivel a de empresa. Recuperar el terreno perdido en este aspecto se antoja fundamental para evitar una profundización del hundimiento salarial, además de ayudar a equilibrar la relación de fuerzas y reducir con ello la desigualdad económica, que amenaza con volverse estructura como consecuencia de la pandemia. Y ello pasa por recuperar la primacía del convenio sectorial frente al de empresa que estableció la reforma laboral de 2012.

Por todo ello, UGT espera que el Gobierno reúna la mesa de diálogo social para analizar la subida del SMI para 2021, que debe producirse en las próximas fechas, tal y como está contemplado en el artículo 27 del estatuto de los Trabajadores. El sindicato confía en que la revalorización del salario mínimo sea otra de las patas esenciales del llamado escudo social por el cual el Gobierno sigue apostando para hacer frente al dramático impacto de la Covid-19, que continuará en 2021, y que mantendrá a millones de familias trabajadoras en condiciones de renta muy precarias.