LA FORMACIÓN PROFESIONAL DEBE ADAPTARSE A LA REALIDAD DEL MERCADO DE TRABAJO

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La Ley de FP es un paso necesario para establecer una cultura del aprendizaje permanente y contribuir al desarrollo económico y la creación de empleo

La Unión General de Trabajadoras y Trabajadores considera que la aprobación del proyecto de Ley Orgánica de ordenación e integración de la Formación Profesional, el pasado 23 de marzo, constituye un inicio esperanzador para modernizar y adaptar nuestro sistema de Formación Profesional a la realidad de los nuevos mercados de trabajo.

El sindicato destaca que supone, ante todo, un ejercicio de cambio respecto de anteriores regulaciones y constituye un instrumento novedoso frente a los importantes desafíos a los que se enfrenta nuestro país: incrementar la tasa de matriculación de nuestros jóvenes en Formación Profesional para equipararla a niveles similares de los países de la UE y de la OCDE; disminuir la elevada tasa de paro de nuestra población juvenil; agilizar la acreditación formal de las competencias profesionales de cerca del 48% de nuestra población activa (once millones de personas) o, superar el importante desequilibrio entre los niveles de cualificación de la población trabajadora y las necesidades futuras del mercado laboral ya que necesitamos pasar del 24% actual de cualificaciones medias al 49% en 2025.

Para afrontar estos retos, la Ley contempla una serie de medidas basadas en los principios de flexibilidad, integración, modularidad, accesibilidad, innovación, permeabilidad con otras formaciones y vinculación entre los centros educativos con la empresa.

Además, la nueva Ley pone en valor el papel fundamental que desempeña el Diálogo Social en el proceso de elaboración de las políticas públicas, situando a los interlocutores sociales como actores centrales en la mejora de la cohesión social y el bienestar de los trabajadores y trabajadoras.

Sin embargo, aunque toda la formación profesional tendrá carácter dual, ésta se organizará en dos tipos de regímenes —general e intensiva— lo que puede acabar generando un sistema de dos velocidades en la implantación de la nueva formación profesional.

Palanca de crecimiento económico y social

UGT señala que la orientación profesional, conjuntamente con un nuevo modelo de acreditación de competencias y una oferta de formación profesional que permitirá ascender por diferentes grados hasta obtener sucesivas acreditaciones y titulaciones de mayor nivel, constituyen los pilares básicos en los que se sustenta esta nueva regulación.

No obstante, si queremos convertir la nueva formación profesional en una palanca de crecimiento económico y social, resulta necesario disponer de un adecuado sistema integrado de información y orientación profesional que contribuya al desarrollo económico, la creación de empleo y que promueva al mismo tiempo una nueva cultura del trabajo y del emprendimiento.

Esta ley, en definitiva, constituye un ejercicio necesario para establecer una verdadera cultura del aprendizaje permanente, tal y como indica la Declaración de Osnabrück, para que las personas puedan dominar una gama amplia de competencias utilizando tecnologías y herramientas de aprendizaje de vanguardia desde la formación profesional inicial hasta la formación continua. En este sentido, UGT seguirá manteniendo una posición constructiva en relación con su participación activa en el nuevo sistema de gobernanza y en el proceso de desarrollo normativo de esta Ley tan trascendental.