La Unión General de Trabajadores denuncia que 162 personas han fallecido como consecuencia de su trabajo hasta marzo, según los datos estadísticos de avance facilitados por el Ministerio de Trabajo y Economía Social, correspondientes al primer trimestre de 2021. Esta cifra supone un descenso de un 10,5% respecto al primer trimestre de 2020, lo que suponen 19 muertes menos.
Hasta el mes de marzo, se han producido 260.424 accidentes de trabajo, de los que 132.046 accidentes laborales han causado la baja laboral del trabajador (aumentando este dato en un 0,3%) y 128.378 no han producido incapacidad temporal (experimentando una disminución del 4,2%).
Para UGT, a pesar de que los accidentes mortales están descendiendo, estos datos reflejan una realidad inasumible que revelan que la precariedad laboral mata y quLeer máse las políticas preventivas no dan el resultado esperado, ya que se incumple la normativa de prevención de riesgos laborales por parte de las empresas, hay una masiva externalización de la gestión preventiva que, unida a la precarización de las condiciones de trabajo, entre las que predomina la inestabilidad en el empleo, la alta temporalidad y la parcialidad involuntaria, hacen que no se garantice la seguridad y salud de los trabajadores y las trabajadoras en sus puestos de trabajo.
El sindicato señala que está más que demostrado que unas malas condiciones de trabajo influyen en la generación de daños a la salud de los trabajadores y trabajadoras. Como claro ejemplo de esta lacra, recordar la muerte de un trabajador de, tan solo, 19 años el pasado 30 de abril en la fábrica de CIDAC en Cornellà de Llobregat, esta muerte fue debida a las faltas de medidas de seguridad en la empresa. Casos como éste no deberían volver a repetirse, por ello, es imprescindible que tanto la Inspección de Trabajo como la Fiscalía especializada en materia de siniestralidad laboral actúen contundentemente, las muertes de los trabajadores no deberían quedar impunes. UGT insta a que se doten de mayores recursos a ambas, de esta forma la Inspección de Trabajo podría incrementar las actuaciones de oficio en las empresas, sin esperar a que se produzca una denuncia de los trabajadores, los cuales, en muchas ocasiones debido al miedo a ser despedidos, no llegan a interponerla, con lo que sigue en riesgo su salud y su vida.
Para el sindicato es imprescindible derogar las reformas laborales y a abrir una mesa de diálogo social en materia de siniestralidad laboral para acordar medidas urgentes que pongan fin a esta situación. El Gobierno ha de implicarse no puede mirar hacia otro lado.
En este sentido, es fundamental articular un Plan de choque contra la siniestralidad laboral de forma inmediata. Entre las líneas de este Plan de Choque no puede faltar la reducción de la incidencia de los riesgos psicosociales entre la población trabajadora ya que la primera causa de muerte durante la jornada de trabajo son los infartos y derrames cerebrales, patologías asociadas a este tipo de riesgos laborales.
Datos de interés
Las cifras de accidentes de trabajo hasta el mes de marzo reflejan que, de los accidentes laborales que causaron baja, 112.814 tuvieron lugar durante la jornada de trabajo, descendiendo en un 1,4%. El resto, 19.232 accidentes laborales fueron registrados in itinere, aumentando en un 11,5%.
105.445 accidentes con baja durante la jornada laboral se registraron entre trabajadores asalariados (lo que supone un descenso del 2% respecto al dato publicado en el primer trimestre de 2020) y 7.369 entre trabajadores por cuenta propia (aumentando en este caso un 9,1%).
La incidencia de los accidentes de trabajo en jornada laboral apenas desciende (-0,9%), alcanzando un valor similar al del primer trimestre de 2020, cuando la actividad empresarial se vio afectada por los efectos de la pandemia por COVID-19 durante la última quincena de marzo. La reducción de la incidencia es generalizada en todas las secciones de actividad, siendo la Hostelería donde se aprecia el mayor descenso (-32,4%). Por el contrario, las actividades sanitarias y de servicios sociales registran el mayor aumento de la incidencia con un 40,8% más. La construcción, las industrias extractivas y el suministro de agua, saneamiento y gestión de residuos, son las secciones de actividad que presentan unos mayores índices de incidencia respecto de los accidentes de trabajo con baja ocurridos durante la jornada laboral con 465,5, 451,5, y 446,4 accidentes con baja por cada 100.000 trabajadores con la contingencia de accidentes de trabajo específicamente cubierta, respectivamente.
De las 162 personas trabajadoras fallecidas, durante la jornada de trabajo han perdido la vida 137 personas, 7 menos respecto al dato de marzo de 2020 (-4,9%). 25 fallecimientos fueron in itinere, 12 menos que en marzo de 2020 (-32,4%), lo que tiene fácil explicación dado que se han reducido los desplazamientos ya que muchas personas siguen en teletrabajo.
77 trabajadores y trabajadoras han muerto en el sector servicios (aumentando en 15 fallecimientos más lo que supone un incremento de 24,2% respecto al dato correspondiente a marzo de 2020), 27 en industria (-10%), 22 en construcción (-26,7%) y 11 en el sector agrario (-50%).
Analizando las causas de estos fallecimientos durante la jornada de trabajo se observa que la primera de ellas son los infartos y derrames cerebrales con 50 accidentes (registrándose una muerte más respecto al dato de 2020).
Durante el primer trimestre del año se han registrado 4.500 accidentes de trabajo debidos a la COVID-19, de los que 5 han sido mortales y 9 graves. Esto contrasta fuertemente con los datos facilitados por el Ministerio de Sanidad, en los que desde el inicio de la pandemia y hasta el 9 de abril tenían registrados 128.798 positivos entre el personal sanitario.
Destacar el incremento del 11,5% los accidentes in itinere registrados. La peor parte se la llevan las mujeres trabajadoras entre las que este tipo de accidentes ha aumentado en un 18,9%. La causa del accidente que presenta un espectacular aumento, del 95,4%, son los golpes con un objeto inmóvil, como las caídas o tropiezos que se produjeron durante Filomena, mientras que los accidentes de tráfico, aunque representan la primera causa de accidentes in itinere, descienden en un 19,8%.
Igualmente es relevante el aumento de los accidentes laborales con baja entre los trabajadores autónomos, los cuales se han visto incrementados en un 9,1% respecto de los registrados durante el primer trimestre de 2021. El índice de incidencia de los accidentes ocurridos en jornada de trabajo también asciende en un 7,6%. La Ley de Prevención de riesgos laborales no es de aplicación a los trabajadores, por ello, las Administraciones Públicas deben asumir un papel más activo en relación a las funciones que le atribuye el marco de la Ley del Trabajo Autónomo. Debe aumentar y mejorar las actividades de promoción de la prevención, asesoramiento técnico, vigilancia y control del cumplimiento de la normativa de prevención de riesgos laborales en general, y para este colectivo en particular.
También es realmente alarmante el incremento del 40,8% que ha experimentado el índice de incidencia de los accidentes con baja ocurridos durante la jornada laboral en las actividades sanitarias y de servicios sociales. Este colectivo se está viendo seriamente afectado por los efectos de la crisis sanitaria provocada por la COVID-19, que unido a la precariedad de sus condiciones laborales debido a la elevada temporalidad y rotación de los puestos, el exceso de carga de trabajo y el miedo al contagio, está generando un aumento de los accidentes laborales, una vez más se pone de manifiesto que acabar con la precariedad laboral es esencial para hacer descender los accidentes de trabajo.