Con motivo del 28 aniversario de la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales, UGT reivindica su actualización para adaptarla a las nuevas realidades del mundo del trabajo, que se encuentra en constante transformación demográfica, digital y climática
La llegada de los algoritmos al mundo del trabajo, la introducción de la inteligencia artificial, la posibilidad de conectividad permanente por parte de las personas trabajadoras, el incremento del control y la monitorización de las plantillas, los largos periodos de temperaturas elevadas, las lluvias torrenciales y el envejecimiento de la población trabajadora son, entre otros, aspectos que deben tenerse en cuenta a la hora de gestionar los riesgos laborales.
La incidencia de los riesgos psicosociales de origen laboral entre la población trabajadora tiene un gran impacto. Pero, para UGT, estos riesgos no están siendo gestionados correctamente en las empresas y pasa factura entre los trabajadores y trabajadoras.
En nuestro país, hasta el 1 de octubre, se han contabilizado 451.646 bajas laborales de personas trabajadoras derivadas de problemas de salud mental. Se estima que 2023 acabará con más del doble de bajas que en el mismo periodo de 2016, lo que muestra una tendencia al alza con un incremento sostenido desde ese año. Según estudios recientes, el disponer de unas condiciones de empleo adecuadas podría reducir un 60% los casos de mala salud mental de las trabajadoras y un 80% los casos de los trabajadores. Estos datos han sido recopilados en el informe “Salud mental y trabajo” elaborado por UGT con motivo del Día Mundial de la Salud Mental.
Por lo tanto, el sindicato reclama la necesidad de dar a la prevención de riesgos psicosociales la importancia que merece, ya que se podrían denominar como la nueva pandemia del mundo del trabajo.
Impulsar una ley más eficaz
UGT señala que la Ley de Prevención de Riesgos laborales ha demostrado ser un instrumento útil pero no eficaz, ya que no ha conseguido acabar con la lacra de la siniestralidad laboral. 2022 se cerró con más de 1.200.000 accidentes de trabajo, de los que 864 fueron mortales. Hasta agosto de 2023 ya se han contabilizado más de 700.000 accidentes laborales, de los que 458 fueron mortales, según cifras oficiales.
Existen muchos retos por delante, no solo en lo que tiene que ver con la prevención de los accidentes de trabajo, sino también con las enfermedades derivadas del trabajo, conseguir que aflore el mayor número de enfermedades debe ser una prioridad para tener centros de trabajo seguros, saludables y libres de riesgos.
Para UGT, además, es importante abordar la externalización generalizada de la gestión de la prevención en las empresas, ya que muchas recurren a los servicios de prevención ajenos. Por lo tanto, se deberían emprender modificaciones legislativas para mejorar la calidad de la gestión preventiva por parte de dichos servicios de prevención, así como mejorar la integración de la prevención de riesgos en todos los niveles de la empresa.
El dotar de perspectiva de género a la gestión de los riesgos laborales de manera integral debe ser también una prioridad. Las mujeres trabajadoras tienen derecho a la misma protección que los hombres, por lo tanto, UGT espera que se actúe de forma urgente para proteger la seguridad y salud de las mujeres trabajadoras.
Además, el sindicato exige la creación de la figura similar a la del Delegado/a Territorial de prevención de riesgos laborales, a nivel estatal, ya que los centros sindicalizados son más seguros. Esta figura ayudaría, sin duda, a mejorar la prevención en las pequeñas empresas de nuestro país que no tiene representación sindical.
Estas y otras cuestiones deben tratarse desde el diálogo social. Por ello, UGT reclama al nuevo Gobierno que se abra una mesa de diálogo social en materia de prevención de riesgos laborales, con el fin de articular un Plan de choque contra la siniestralidad laboral, además de abordar la actualización de la Ley de Prevención de Riesgos laborales.