Con motivo del 14 de marzo, Día Europeo para la prevención del riesgo cardiovascular, la Unión General de Trabajadoras y Trabajadores exige avances para mejorar la gestión preventiva de estos riesgos, con el fin de que no lleguen a provocar daños a la salud de las personas trabajadoras.
Según las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de defunción en el mundo y se cobran 17,9 millones de vidas cada año. Más de cuatro de cada cinco defunciones por enfermedades cardiovasculares se deben a cardiopatías coronarias y accidentes cerebrovasculares, y una tercera parte de esas defunciones ocurren prematuramente en personas menores de 70 años.
En nuestro país, durante el primer semestre del 2023, el 27,1% de las defunciones se debieron a enfermedades del sistema circulatorio, el 25,8% a tumores y el 11,5% a enfermedades del sistema respiratorio, según el INE. Un 32% la población ocupada refiere estar expuesta a presiones de tiempo o sobrecarga de trabajo. El efecto de las patologías no traumáticas tiene una gran repercusión en la incidencia de los accidentes mortales que es mucho mayor en las personas trabajadoras de más edad.
Además, los infartos y derrames cerebrales suponen la primera causa de muerte en jornada de trabajo. En 2023 murieron 245 personas trabajadoras por este motivo según los datos de avance del Ministerio de Trabajo y Economía Social.
Se ha demostrado que existe relación entre la salud mental y el riesgo cardiovascular, por ejemplo, en los pacientes con infarto de miocardio, la prevalencia de depresión es tres veces mayor que en la población general. Igualmente, un reciente estudio refiere que las personas entre 18 y 49 años que se sienten deprimidas presentan una mayor probabilidad de desarrollar enfermedades cardiovasculares y de tener mala salud cardiaca.
Actuar decididamente en las empresas
Para UGT, las actuaciones para el impulso de la promoción de la salud en las empresas pueden suponer una ayuda, sin embargo, si se quiere alcanzar entornos de trabajo seguros y saludables, se debe actuar fundamentalmente sobre las condiciones de trabajo.
Por ello, UGT reclama avanzar en el ámbito laboral para mejorar la gestión preventiva de los riesgos psicosociales, que son los grandes olvidados y a día de hoy nuestro país no dispone una regulación diferenciada de los mismos. Las empresas deben evaluar los riesgos psicosociales y organizativos y aplicar medidas preventivas para que no lleguen a provocar daños a la salud de las personas trabajadoras.
En este sentido, el sindicato reivindica una normativa que regule los riesgos psicosociales en nuestro país, acordada en el seno de la Mesa de diálogo social en la que se está revisando la legislación en prevención de riesgos laborales.
Además, UGT reclama la elaboración de una Directiva comunitaria que sirva de paraguas para todos los Estado miembros; y actualizar el listado de enfermedades profesionales español, con el fin de que sean incluidas las patologías derivadas de los riesgos psicosociales, siguiendo la estela de la OIT que ya las recoge en su listado de 2010. Actualmente, las patologías derivadas de la exposición a riesgos psicosociales de origen laboral no se reconocen como contingencia profesional.
Por último, resulta indispensable reforzar la Inspección de Trabajo, con medios humanos y materiales, para que vigile el cumplimiento de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y su normativa de desarrollo.